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Actitud Pedagógica: El Alma de la Enseñanza

19/07/2018

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En el umbral de un nuevo milenio, la sociedad se enfrenta a desafíos sin precedentes, y uno de los más significativos es la imperante necesidad de educar al ser humano para la vida. Esto trasciende la mera transmisión de conocimientos; exige la apropiación de la vasta cultura de la humanidad de un modo que culmine en una formación integral y armónica, alineada con las demandas y valores de la sociedad a la que pertenece cada individuo. En este contexto, la Educación Superior asume un rol protagónico, encargándose de moldear profesionales no solo competentes, sino también profundamente comprometidos con su entorno, su historia y sus tradiciones, listos para asumir sus responsabilidades con honestidad y desde una perspectiva genuinamente transformadora.

¿Qué es actitud pedagógica?
Se define la actitud pedagógica como disposición para actuar a partir de la representación de la profesión por parte del sujeto y tiene como rasgo consustancial la unidad de lo afectivo y lo cognitivo.

A lo largo de la historia de la pedagogía, numerosos autores han explorado los intrincados aspectos teóricos y metodológicos que subyacen a la formación profesional. Sin embargo, a pesar de la relevancia de estos estudios, la atención directa al desarrollo de las actitudes profesionales, un aspecto crucial en la configuración de los modos de actuación del futuro egresado, ha sido a menudo insuficiente. Las actitudes, si bien estudiadas desde diversas disciplinas como la Psicología Social y la Psicología General, encuentran en la Pedagogía un campo fértil para su formación, especialmente a través de los contenidos educativos. No obstante, las dificultades persisten en la práctica, evidenciadas por la insuficiente relevancia otorgada al ejemplo del profesor universitario como método educativo y por la disonancia entre lo que se predica y lo que se practica. Estas limitaciones restringen la capacidad de los profesionales para enfrentar los complejos escenarios que se presentan tanto durante su formación como en su desempeño laboral. Es precisamente aquí donde la actitud pedagógica emerge como un concepto de singular relevancia.

Índice de Contenido

¿Qué es la Actitud Pedagógica? Una Disposición Transformadora

La actitud pedagógica se define como una disposición para actuar que surge de la representación profunda que el sujeto tiene de su profesión. Su rasgo más consustancial es la unidad indisoluble de lo afectivo y lo cognitivo. No es simplemente un conjunto de habilidades o conocimientos, sino una orientación interna que guía la acción. Posee un carácter multidireccional, lo que significa que influye en la regulación de los modos de actuación del profesional en múltiples contextos, permitiéndole dar solución a los problemas que emergen en su práctica diaria. En esencia, es la amalgama de convicciones, emociones, valores y conocimientos que impulsan al docente a interactuar de manera efectiva y significativa con sus estudiantes y con el proceso educativo en su conjunto.

Esta disposición no es estática; se construye y se perfecciona a lo largo del tiempo, influenciada por las experiencias, la reflexión y el compromiso. Implica una coherencia entre el pensamiento, el sentimiento y la acción, siendo fundamental para el desarrollo de un profesional que no solo domina su disciplina, sino que también es capaz de inspirar, guiar y transformar a sus estudiantes.

La Importancia Vital de la Actitud Pedagógica en la Educación Superior

La relevancia de la actitud pedagógica en el ámbito universitario es innegable. Más allá de la transmisión de contenidos curriculares, la formación de profesionales en la Educación Superior busca inculcar un conjunto de modos de actuación que definan la excelencia y el compromiso. En este sentido, la actitud pedagógica del profesor se convierte en un faro que ilumina el camino de los estudiantes, influyendo directamente en su desarrollo integral.

Una actitud pedagógica sólida permite al docente universitario:

  • Modelar Comportamientos: El ejemplo del profesor es un método educativo por excelencia. Una actitud positiva, comprometida y ética fomenta en los estudiantes una identificación con los valores profesionales deseados.
  • Fomentar el Compromiso: Cuando el profesor demuestra pasión y dedicación por su labor y por la formación de sus estudiantes, estos se sienten motivados a emular ese compromiso.
  • Promover la Resolución de Problemas: Una actitud orientada a la problematización y la búsqueda de soluciones prepara a los estudiantes para enfrentar los desafíos de su futura profesión con creatividad y proactividad.
  • Cultivar Relaciones Humanas: La sensibilidad, la comprensión y la capacidad de colaborar son pilares de la actitud pedagógica que enriquecen la interacción en el aula y fuera de ella.

En definitiva, la actitud pedagógica es el motor que impulsa la transformación, permitiendo que el proceso formativo trascienda lo meramente académico para convertirse en una experiencia de crecimiento personal y profesional profundo.

Tres Pilares de la Actitud Pedagógica Profesional

El modelo propuesto para la formación de actitudes pedagógicas en la Educación Superior identifica y enfatiza tres actitudes profesionales clave que son esenciales para el docente y para el profesional en formación:

1. Actitud Interdisciplinaria

Esta disposición personal hacia la acción se caracteriza por la apertura y la capacidad de integrar conocimientos, métodos y perspectivas de diversas disciplinas. Requiere de un trabajo en equipo eficaz, de un intercambio constante de ideas y de un aprendizaje colectivo. Los docentes con una actitud interdisciplinaria no ven las materias como islas aisladas, sino como partes de un todo interconectado, tomando como referentes tanto los contenidos de las diferentes disciplinas como las experiencias de los sujetos. Esto les permite abordar y solucionar problemas de la vida profesional desde una perspectiva holística y enriquecida, preparando a los estudiantes para un mundo complejo que demanda soluciones integradas.

2. Actitud Colaborativa

La actitud colaborativa es una disposición altruista que busca el beneficio tanto propio como el de los demás. Implica una profunda sensibilidad humana, comprensión y compromiso. Se manifiesta en la disposición a establecer relaciones de ayuda, a aportar colectivamente a la solución de situaciones problemáticas que surgen en la práctica. Esta actitud fomenta cambios positivos en las dinámicas de relación dentro de los diferentes contextos de actuación profesional, creando un ambiente de apoyo mutuo y crecimiento compartido. Para el docente, significa trabajar codo a codo con colegas y estudiantes, reconociendo el valor de las contribuciones de cada uno.

3. Actitud de Visión Personal Profesional

Esta postura indica la perspectiva y prospectiva del desarrollo personal y profesional del individuo. Se sustenta en una autoestima positiva, fundamentada en una autovaloración objetiva, realista y con una eficacia reguladora. La actitud de visión personal profesional propende al despliegue de las potencialidades de los sujetos, permitiéndoles trazar un camino de crecimiento continuo. Para el profesor, implica un constante proceso de autoevaluación y mejora, que a su vez modela en los estudiantes la importancia de la reflexión sobre su propio progreso y futuro profesional. Es la capacidad de verse a sí mismo en constante evolución, con metas claras y la determinación de alcanzarlas.

El Modelo de Formación de Actitudes Pedagógicas: Un Enfoque Integral

El modelo propuesto en la investigación constituye una representación teórica robusta y fundamentada científicamente, diseñada para interpretar, diseñar y ajustar la realidad pedagógica en la formación de actitudes profesionales. Se concibe con un enfoque de sistema, estructurado en subsistemas que se relacionan en una unidad dialéctica, emergiendo como una síntesis de diversas interacciones entre sus elementos. Este modelo, con un nivel de generalidad adecuado, se orienta por los objetivos de la carrera y del año académico, y se contextualiza en los diferentes colectivos metodológicos para guiar la formación de actitudes profesionales en los estudiantes. La formación profesional, en este contexto, se entiende como un proceso y resultado de la apropiación de conocimientos, el desarrollo de habilidades, valores y, crucialmente, actitudes profesionales que se expresan en la regulación de los modos de actuación del profesional en formación.

El modelo subraya la relación entre el desarrollo real de las disposiciones ante la actividad profesional y las posibilidades particulares y personalizadas para que el estudiante asuma una posición protagónica en la solución de los problemas profesionales. Este enfoque sistémico es lo que lo distingue de planteamientos más tradicionales, al profundizar en la complejidad de la formación actitudinal.

Subsistema 1: Proyección Actitudinal Pedagógica

Este subsistema se define como la organización general que orienta los contenidos actitudinales, en correspondencia con las exigencias sociales. Condiciona las principales aspiraciones y realizaciones presentes y futuras, en función de las relaciones entre los problemas, el objeto y los objetivos de la profesión. Se alinea con la finalidad del modelo de profesional, buscando formar un estudiante que demuestre en su proyección personal y profesional un compromiso político-ideológico y moral con el desarrollo de la sociedad, así como una profunda motivación e identificación con su futura profesión.

La proyección actitudinal pedagógica se manifiesta en la planificación, organización y orientación sistemática que el profesor concibe para el logro de los objetivos del proceso formativo. Enfatiza en los contenidos actitudinales de la profesión, estimulando la iniciativa de los estudiantes a partir de sus particularidades afectivas, intereses, emociones, sentimientos y representaciones cognitivas. Está conformado por:

  • Percepción del objeto de la profesión: Es la representación que los sujetos tienen de la profesión y de su objeto principal de trabajo. Está determinada por las experiencias previas del estudiante y las condiciones para asumir el rol profesional en los diferentes contextos.
  • Apropiación de saberes interdisciplinarios: Comprende las diversas formas y recursos que profesores y estudiantes utilizan para interiorizar conocimientos, habilidades, valores y actitudes profesionales. Esto incluye el saber conocer (desarrollo cognitivo y actualización), el saber hacer (dominio de la acción y experiencia práctica), el saber ser (compromisos y actitudes personales/profesionales), y el saber convivir (aprendizaje colaborativo e independiente).
  • Reflexión sobre el rol del profesional: Un proceso interno de introspección que lleva al estudiante a evaluar sus posibilidades reales y potenciales en relación con su rol profesional, permitiendo alcanzar niveles superiores de desarrollo personal y profesional.

Subsistema 2: Contextualización Actitudinal Pedagógica

Este subsistema constituye un proceso de regulación de la actividad profesional que atiende a las exigencias de la sociedad, explicando la realización de dicha actividad según las condiciones de un espacio y tiempo determinados, donde la interacción entre objeto-sujeto, sujeto-sujeto y sujeto-grupo adquiere un significado crucial. Es considerado el núcleo esencial de la formación de actitudes profesionales pedagógicas.

Sus componentes son:

  • Significación emocional de la profesión: La apropiación y elaboración por parte de los estudiantes de significados que les permiten comprender los contenidos de la profesión, expresándose en el desarrollo de conocimientos, motivos, emociones y sentimientos. Una significación positiva conduce a la auto-proyección y el perfeccionamiento.
  • Sensibilización afectiva en la actividad profesional: Genera actitudes colaborativas basadas en la atención a la diversidad. Se logra mediante métodos y procedimientos que propician la convivencia y el desarrollo de experiencias en la realidad formativa. La eficacia de la actividad profesional depende tanto de la actitud del profesor hacia los estudiantes como de la actitud de los estudiantes hacia el profesor, fomentando una interrelación de crecimiento mutuo.
  • Interacciones en los contextos de actuación profesional: Acciones recíprocas entre profesores, tutores, estudiantes, grupo y el contenido de la profesión. La influencia del contexto de la práctica profesional es clave, materializándose en relaciones de ayuda y comunicación, donde se desarrollan conocimientos, habilidades, motivos, sentimientos y actitudes profesionales.

Subsistema 3: Problematización Actitudinal Pedagógica

Este subsistema se define como el proceso sistemático y consciente de cuestionamiento y crítica de la realidad profesional. A partir de situaciones, problemas y contradicciones que se producen en las relaciones intersubjetivas e intrasubjetivas, se propicia la posibilidad y necesidad de aprendizaje, así como la transformación de la realidad y de los propios sujetos. La determinación de los problemas profesionales en cada carrera se alinea con las necesidades presentes y las perspectivas del desarrollo social.

Está integrado por:

  • Valoración de la realidad profesional: El reflejo de la significación que los estudiantes otorgan a la profesión, en correspondencia con sus emociones, sentimientos, desarrollo ético y la apropiación de saberes interdisciplinarios. Implica la reflexión, el análisis crítico y la confrontación de ideas para estimar el valor de la profesión y, consecuentemente, la autovaloración del sujeto.
  • Aplicación reflexiva de métodos y procedimientos didáctico-educativos: Se establece en la relación objetivo-contenido-método. El objetivo expresa el encargo social, el contenido concreta conocimientos, habilidades y actitudes, y los métodos (como el ejemplo personal del profesor, la exigencia persuasiva y la conversación individual) hacen realidad el objetivo propuesto.
  • Implicación personal en la solución de problemas profesionales: El resultado de la apropiación cultural de saberes de forma integrada, de las vivencias afectivas y las actitudes que forman parte de los modos de actuación del sujeto. Conlleva a la toma de decisiones y a la adopción de posiciones activas para la solución de los problemas en la actividad profesional.

La Sinergia de los Subsistemas: Un Enfoque Holístico

La interrelación dinámica entre los subsistemas de proyección, contextualización y problematización actitudinal pedagógica es lo que confiere al modelo su carácter integral y su poder transformador. La proyección establece la visión y el marco inicial, la contextualización aterriza esa visión en la realidad y enriquece el proceso con la dimensión emocional y las interacciones, y la problematización impulsa la acción, la crítica y la transformación. Juntos, estos subsistemas operan en una sinergia que va más allá de la suma de sus partes. De esta interacción emerge una profunda identificación emocional del estudiante con la profesión y con los sujetos involucrados en su ejercicio profesional, lo cual, a su vez, influye directamente en sus disposiciones hacia el objeto de la profesión, hacia los demás y hacia sí mismo. Este ciclo continuo de reflexión, emoción y acción es el corazón de la formación de actitudes pedagógicas sólidas y duraderas.

Tabla Comparativa: Enfoque Tradicional vs. Modelo Propuesto

AspectoEnfoque Tradicional de Formación de ActitudesModelo de Formación de Actitudes Pedagógicas (Propuesto)
Foco PrincipalTransmisión de contenidos y habilidades técnicas.Formación integral de la personalidad, incluyendo conocimientos, habilidades, valores y actitudes profesionales.
Proceso de FormaciónLineal, centrado en la instrucción y la asimilación pasiva.Dinámico, sistémico, con subsistemas interconectados (Proyección, Contextualización, Problematización).
Rol del EstudianteReceptor de información, con menor énfasis en su disposición interna.Protagonista activo, con énfasis en su disposición (afectiva y cognitiva) y autotransformación.
Rol del ProfesorTransmisor de conocimientos, evaluador.Guía, facilitador, modelo a seguir (ejemplo personal), promotor de reflexión y problematización.
Tratamiento de ActitudesImplícito o secundario, a menudo como resultado colateral.Explícito, objetivo central y estructurado a través de componentes definidos.
Contexto EducativoPrincipalmente el aula, con menor conexión con la realidad profesional.Integración del aula con los contextos de actuación profesional, fomentando interacciones y ayuda profesional.
Resultado EsperadoProfesional con conocimientos y habilidades específicas.Profesional comprometido, transformador, con visión personal y capacidad colaborativa e interdisciplinaria.

Preguntas Frecuentes sobre la Actitud Pedagógica

¿Por qué es importante la actitud pedagógica para los estudiantes?

La actitud pedagógica del profesor es crucial para los estudiantes porque moldea su propia concepción de la profesión y su compromiso futuro. Un docente con una actitud pedagógica sólida no solo transmite conocimientos, sino que también inculca valores, fomenta la reflexión crítica y estimula la proactividad, preparando a los estudiantes para ser profesionales integrales y comprometidos con su campo.

¿Cómo puede un profesor desarrollar su actitud pedagógica?

El desarrollo de la actitud pedagógica es un proceso continuo. Requiere de la autoevaluación constante, la reflexión sobre la propia práctica, la búsqueda activa de saberes interdisciplinarios, la participación en colectivos de trabajo que fomenten la colaboración y la problematización de la realidad profesional. El ejemplo personal, la coherencia entre el decir y el hacer, y la sensibilidad hacia las necesidades de los estudiantes son pilares fundamentales.

¿Cuál es la diferencia entre actitud y habilidad pedagógica?

Una habilidad pedagógica se refiere a la capacidad de realizar una acción específica de manera efectiva (ej. diseñar una clase, evaluar el aprendizaje). La actitud pedagógica, por otro lado, es la disposición interna, la orientación afectivo-cognitiva que subyace y motiva esas habilidades. Es el 'porqué' y el 'cómo' profundo detrás del 'qué' se hace. Una habilidad puede ser aprendida y replicada, pero una actitud implica una convicción y un compromiso personal que guía la aplicación de esas habilidades.

¿Cómo influye el contexto universitario en la formación de actitudes?

El contexto universitario es un sistema integrado (historia, cultura, sociedad, colectivo, individuo) que influye decisivamente. Las interacciones en los contextos de actuación profesional (prácticas, proyectos, etc.) son cruciales, ya que permiten a los estudiantes vivenciar y aplicar los conocimientos en situaciones reales, fortaleciendo sus disposiciones y modos de actuación profesional. La significación emocional de la profesión, forjada en este contexto, es vital para una actitud positiva.

¿Qué papel juega la autoevaluación en la actitud pedagógica?

La autoevaluación es fundamental en la actitud de visión personal profesional y en el subsistema de problematización. Permite al estudiante (y al profesor) reflexionar sobre su propio proceder, identificar fortalezas y áreas de mejora, y ajustar su comportamiento y sus metas. Una autovaloración objetiva y realista es clave para un desarrollo continuo y para asumir una posición protagónica en la solución de problemas profesionales.

Conclusión

La actitud pedagógica, entendida como una disposición profunda y compleja que integra lo afectivo y lo cognitivo, es mucho más que un atributo deseable en el docente universitario; es el corazón de un proceso formativo que busca moldear profesionales verdaderamente comprometidos y transformadores. El modelo de formación de actitudes profesionales pedagógicas, con sus subsistemas de proyección, contextualización y problematización, ofrece una hoja de ruta integral para cultivar no solo el conocimiento y las habilidades, sino también esas tres actitudes esenciales: la interdisciplinaria, la colaborativa y la de visión personal profesional.

Este enfoque sistémico, que enfatiza el vínculo dialéctico entre el desarrollo real y el potencial del estudiante, y que fomenta una profunda identificación emocional con la profesión, es la clave para preparar a las nuevas generaciones no solo para enfrentar los desafíos del mundo, sino para ser agentes activos de cambio y progreso. En la Educación Superior, la actitud pedagógica del profesor es, sin duda, el alma de una enseñanza que trasciende el aula y se proyecta hacia la vida.

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