19/02/2020
La obra “Marianela” de Benito Pérez Galdós, publicada en 1878, no es solo una conmovedora historia de amor y desengaño, sino también un riquísimo tapiz lingüístico donde las metáforas desempeñan un papel fundamental. A través de un lenguaje que, aunque ligeramente formal, se caracteriza por su amplitud y precisión, Galdós teje una red de significados profundos que van más allá de la simple narración. Es en este uso magistral de la figuración donde el autor canario nos invita a una reflexión sobre la realidad, la percepción y la esencia misma del ser humano.

- El Lenguaje de Galdós: Un Espejo de la Realidad y el Alma
- Marianela como Metáfora Central: La Ceguera y la Visión Más Allá de los Ojos
- Personajes Arquetípicos: Metáforas Vivas de Ideas y Conceptos
- La Crítica Social a Través de Metáforas Galdosianas
- Metáforas en la Estructura y el Estilo de la Novela
- Preguntas Frecuentes sobre las Metáforas en Marianela
El Lenguaje de Galdós: Un Espejo de la Realidad y el Alma
El estilo literario de Benito Pérez Galdós en “Marianela” es una de sus mayores virtudes. Caracterizado por un léxico amplio y una prosa que oscila entre lo formal y lo castizo, el autor logra crear un ambiente vívido y auténtico. Sus descripciones detalladas de los paisajes mineros de Socartes y el ficticio Aldeacorba de Suso, así como la profunda caracterización de sus personajes, se logran gracias a una elección de palabras meticulosa y a la habilidad para infundir vida en cada oración.
Galdós utiliza un lenguaje que, si bien puede ser “ligeramente formal” en ciertos pasajes descriptivos o reflexivos, se vuelve “familiar y castizo” en los diálogos, otorgando autenticidad a cada voz. Esta “falsa polifonía”, como algunos la han descrito, permite que el lector no solo escuche lo que los personajes dicen, sino que también perciba sus intenciones y la complejidad de sus pensamientos. Es en esta interacción entre lo dicho y lo sugerido donde las metáforas encuentran su caldo de cultivo, enriqueciendo la experiencia lectora y añadiendo capas de significado a la trama y a los conflictos internos y externos de los protagonistas.
Marianela como Metáfora Central: La Ceguera y la Visión Más Allá de los Ojos
Uno de los ejes centrales de “Marianela” es la dicotomía entre la ceguera física y la ceguera moral o social, un tema que Galdós explora a través de potentes metáforas. La ceguera de Pablo Penáguilas no es solo una condición médica; es una metáfora de la ignorancia, de la idealización y, paradójicamente, de una forma de “ver” más allá de las apariencias. Mientras carece de vista, Pablo percibe la belleza de Marianela a través de su bondad, su voz y su alma, creando en su imaginación una imagen idílica de ella. Esta percepción es, en sí misma, una metáfora de cómo el amor y la afección pueden trascender lo superficial.
Cuando el doctor Teodoro Golfín, la ciencia encarnada, llega para curar a Pablo, la operación se convierte en una metáfora de la irrupción de la cruda realidad sobre la ilusión. La recuperación de la vista de Pablo, que debería ser un milagro, desencadena una tragedia. Él “ve” por primera vez a Florentina, su prima, y queda deslumbrado por su belleza física, olvidando la “belleza interior” de Marianela. Este giro es una poderosa metáfora de cómo la sociedad a menudo valora la apariencia sobre la esencia, y cómo la “vista” física puede llevar a una “ceguera emocional” aún más profunda. La “ceguera emocional de la sociedad” se hace patente en la incapacidad de los demás personajes para ver el verdadero valor y la bondad de Marianela, tratándola con desprecio a pesar de su nobleza de espíritu.

Personajes Arquetípicos: Metáforas Vivas de Ideas y Conceptos
Los personajes de “Marianela” no son meros individuos; muchos de ellos funcionan como arquetipos o metáforas andantes de ideas, valores y problemas sociales de la época. Galdós los dota de una profundidad que los eleva más allá de su rol en la trama, convirtiéndolos en representaciones de fuerzas mayores:
- Marianela: Es la metáfora de la pureza, la inocencia y el sufrimiento de los más desfavorecidos. Su apariencia física, que la sociedad considera “fea” y deforme, contrasta con su inmensa bondad y su capacidad de amar, simbolizando la dicotomía entre apariencia y esencia. Ella es la imaginación que nutre a Pablo, el alma que le da color al mundo del ciego.
- Pablo Penáguilas: Representa el racionalismo y la idealización. Su evolución desde la ceguera a la vista es una metáfora de la confrontación entre el mundo idealizado de la imaginación y la cruda realidad.
- Teodoro Golfín: Encarna la ciencia, el progreso y la razón. Su llegada y su capacidad de curar la ceguera de Pablo simbolizan la esperanza en el avance científico, pero también la perturbación que este puede causar en mundos establecidos, revelando verdades incómodas.
- Florentina Penáguilas: Es la metáfora de la belleza exterior y, en cierta medida, de una caridad superficial o bienintencionada que no siempre comprende la profundidad del sufrimiento ajeno. Su presencia acentúa el contraste social y físico con Marianela.
- La Señana: Descrita como la “matriarca de la familia de piedra” y “hija del determinismo”, la Señana es una metáfora de la dureza, la rigidez social y la falta de empatía hacia los más vulnerables, representando una faceta de la sociedad que oprime y explota.
Galdós, como agudo observador de su tiempo, utiliza las metáforas no solo para construir personajes y tramas, sino también para lanzar una ácida crítica a la sociedad española del siglo XIX. La novela es una disertación sobre la educación, la injusticia social y la hipocresía que campaba a sus anchas.
Un ejemplo sobresaliente de esta crítica velada se encuentra en la descripción metafórica del ojo humano que hace Galdós, vinculándola directamente con el panorama político de la época:
“El cristalino, volviéndose opaco y a veces duro como piedra, es el que nos hace estas picardías…Si todos los órganos desempeñaran su papel como les está mandado…Pero allí, en esa república del ojo hay muchos holgazanes que se atrofian.”
En esta "república del ojo", Galdós traza un paralelismo brillante entre el funcionamiento defectuoso de un órgano vital y la corrupción o la ineficacia de un sistema político. El “cristalino opaco” y los “holgazanes que se atrofian” son metáforas directas de la falta de visión y la indolencia que el autor percibía en la gestión pública y en la sociedad en general. Esta metáfora sugiere que, al igual que un ojo con partes disfuncionales no puede ver claramente, una sociedad con elementos inactivos o corruptos no puede progresar ni ver la realidad de sus problemas.
Otro ejemplo de metáfora social es la frase “el analfabetismo acampaba a sus anchas en cualquier rincón”. Aquí, el analfabetismo no es solo una condición, sino una fuerza invasora, una presencia dominante que se extiende sin control, reflejando la vasta ignorancia que Galdós criticaba en la España de su tiempo, y la necesidad urgente de la educación como liberadora.
El propio paisaje de la novela, con sus minas de Socartes y sus galerías subterráneas, actúa como una metáfora del universo oscuro y opresivo en el que vive Marianela, contrastando con la naturaleza idílica de los alrededores que simboliza la belleza y la esperanza, aunque esta última sea efímera para la protagonista. La vida en las minas es una metáfora de la dureza de la existencia para las clases trabajadoras, mientras que la aspiración de Celipín de “salir de la pobreza” e ir a Madrid a estudiar Medicina es una metáfora del deseo de superación y la fe en el conocimiento.
Para ilustrar mejor cómo Galdós utiliza las metáforas, podemos observar la siguiente tabla comparativa:
| Elemento en la Novela | Significado Literal | Significado Metafórico |
|---|---|---|
| La ceguera de Pablo | Incapacidad física de ver | Ignorancia, idealización, ceguera moral de la sociedad |
| La belleza de Marianela | Su apariencia física poco agraciada | La pureza interior, la bondad, la belleza del alma |
| La operación de Pablo | Intervención quirúrgica para restaurar la vista | La irrupción de la realidad, el desengaño, la pérdida de la ilusión |
| El Dr. Teodoro Golfín | Médico oftalmólogo | La ciencia, el progreso, la razón |
| Las minas de Socartes | Lugar de extracción de minerales | La dureza de la vida, la opresión, la miseria social |
| La “república del ojo” | El sistema visual humano | La sociedad, la política, sus vicios y virtudes |
| El “cristal pseudomórfico” | Término de mineralogía | Un sistema de vida o relación que no es auténtico para uno mismo |
Metáforas en la Estructura y el Estilo de la Novela
Más allá de las metáforas explícitas, Galdós también emplea figuras retóricas en la propia estructura y el tono de la novela. El “guiño realista al Romanticismo” es una metáfora del equilibrio que el autor busca entre la observación cruda de la realidad y la expresión de los sentimientos y la fantasía. Aunque “Marianela” se inscribe en el Realismo, conserva tintes románticos que se manifiestan en la intensidad emocional de los personajes y en la idealización del amor, como si Galdós estuviera construyendo un puente metafórico entre dos corrientes literarias.

El narrador omnisciente de la obra, que “pasea su omnisciencia con miradas al lector”, actúa como una especie de guía filosófico, tendiendo una mano metafórica a sus personajes y al lector. Este narrador no solo cuenta la historia, sino que también reflexiona, critica y moraliza, utilizando la narración misma como un vehículo para transmitir las ideas del autor, convirtiendo el acto de contar en una metáfora de la enseñanza y la reflexión moral.
Incluso los diálogos, “intencionados y ricos en matices”, son una forma de metáfora en sí mismos, pues revelan las verdaderas intenciones y la complejidad de los personajes más allá de sus palabras literales. La ironía y el sarcasmo, utilizados por Galdós para criticar la hipocresía social, son también herramientas metafóricas que permiten al autor expresar su desaprobación sin ser directamente didáctico, dejando que el lector infiera el verdadero significado.
Preguntas Frecuentes sobre las Metáforas en Marianela
¿Es Marianela una novela llena de metáforas?
Definitivamente sí. “Marianela” es una obra rica en lenguaje figurado. Galdós utiliza metáforas, simbolismos y personificaciones para profundizar en los temas centrales de la novela, como la ceguera y la visión, la belleza interior y exterior, la crítica social y la confrontación entre ciencia y superstición. Cada elemento, desde los personajes hasta el paisaje, puede interpretarse en un nivel metafórico, enriqueciendo la comprensión del lector.
¿Qué simboliza la ceguera en Marianela?
La ceguera de Pablo es uno de los símbolos y metáforas más importantes de la novela. Literalmente, es la falta de visión física. Metafóricamente, representa la ignorancia o la incapacidad de ver la verdadera esencia de las personas y las situaciones. En Pablo, al inicio, su ceguera le permite “ver” con el corazón y la imaginación. Sin embargo, en la sociedad, la ceguera simboliza la falta de empatía, la superficialidad y la valoración de las apariencias sobre la bondad y el valor intrínseco de los individuos, especialmente hacia los más desfavorecidos como Marianela.

Galdós emplea el lenguaje de forma magistral para la crítica social, a menudo a través de metáforas y analogías. Por ejemplo, al comparar el ojo humano con una “república” donde hay “holgazanes que se atrofian”, critica la ineficacia y la corrupción de las instituciones sociales y políticas de su tiempo. También utiliza la condición de Marianela, su pobreza y su trato por parte de la sociedad, como una metáfora de la injusticia y el abandono de los más vulnerables, haciendo patente la hipocresía de la caridad superficial.
¿Hay metáforas políticas en la obra?
Sí, aunque no de forma explícita o partidista, Galdós inserta metáforas con connotaciones políticas. La ya mencionada “república del ojo” es un claro ejemplo de cómo utiliza elementos cotidianos para reflejar su visión crítica del panorama político y social. Al describir la falta de funcionalidad o la corrupción en un sistema tan vital como la visión, Galdós alude a los vicios de la sociedad y del gobierno que impedían el progreso y la justicia.
¿Qué representa Marianela como personaje?
Marianela es una figura multifacética que representa varias ideas. Es la metáfora de la pureza y la inocencia que la sociedad corrompe y desecha. Simboliza la imaginación y la capacidad de amar incondicionalmente, incluso cuando no es correspondido. Su existencia es una metáfora del sufrimiento de los desfavorecidos y de la injusticia social, así como la dicotomía entre la fealdad exterior y la belleza interior que pocos son capaces de apreciar verdaderamente.
En conclusión, las metáforas en “Marianela” son mucho más que simples adornos literarios; son el corazón palpitante de la obra, el medio a través del cual Benito Pérez Galdós explora complejos temas filosóficos y sociales. Desde la ceguera de Pablo hasta la propia figura de Marianela, cada elemento y personaje se convierte en un símbolo que invita a una reflexión profunda sobre la naturaleza humana, la percepción de la realidad y las carencias de una sociedad. Galdós, con su maestría lingüística, nos legó una obra cuya riqueza metafórica sigue resonando, invitándonos a “ver” más allá de lo evidente y a comprender las verdades universales que se esconden bajo la superficie de la historia.
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